(Artículo realizado por Miguel Gallardo Elena).
No es la primera vez que la graciosa y nunca bien ponderada VILLA de TOLOX es asolada por males y epidemias. De hecho, desde pequeños nos cuentan solícitas y queridas madres que fue nuestro venerado y bendito SAN ROQUE quien con su divina intercesión nos libró de la peste hace 400 años.
De hecho, el Concejo de la Villa se reunió (según informaciones que he podido recabar) en un lejano 4 de Junio de 1637 para tratar un tema “extremadamente grave”. Para intentar que Tolox no fuese contagiada del terrible “mal de la peste” que se había originado en Málaga y su comarca en la primavera anterior, acabando de manera silenciosa y terrible con la vida de 14.000 malagueños.
Como ha ocurrido en esta PANDEMIA que venimos sufriendo, en esa lejana fecha también se decretó blindar la población a la llegada de gente de otros lugares si no justificaban mediante documento o prueba fehaciente, que la zona de donde venían estaba libre de la enfermedad.
Se tapiaron y pusieron bardos de ramas y plantas espinosas en las portezuelas y accesos a la villa (Calvario, Camino del Portillejo (entrada de El Burgo y Yunquera), la actual calle Alozaina, zona del Mazacote y demás arrabales de la villa. Únicamente se podía acceder al pueblo por la PUERTA PRINCIPAL de la VILLA, donde perduraban dos antiguas torres circulares herederas de la solidez y distinción de nuestro antiguo castillo- fortaleza de la época musulmana Hisn Tulus. Aunque en un estado de abandono evidente eran custodiadas por guardias armados (hoy se utiliza ese acceso para la salida de vehículos de la población) al igual que los principales caminos. Además se prohibió que los vecinos tuvieran contacto con los trabajadores de otras poblaciones que trabajasen en los cortijos o campos dentro del término.
Quien se negara a colaborar se enfrentaba a multas de hasta 3 reales, algo que se podría equiparar a la actual sanción por saltarse las normas establecidas por el gobierno.
Como es natural en aquel entonces no se conocía ningún producto desinfectante, ni ninguna medida sanitaria de protección pero se obligó a toda la población a fregar sus puertas y ventanas antes del amanecer con agua mezclada con vinagre, así como su tramo de calle. También se obligaba a los vecinos a arrojar su inmundicia a los arrabales (fuera de las murallas) y a no guardar ninguna basura ni en las casas, ni en las calles. Limpiando cuadras y enseres de forma obligatoria y diligente.
Esta epidemia del siglo XVII, amén de otras que pasaron por Tolox dan fe de la constante e incansable lucha de nuestros antepasados por seguir adelante, por seguir viviendo, por continuar en pos de un ilusionante futuro pese a PANDEMIAS, INVASIONES, GUERRAS Y HAMBRUNAS.
Debemos siempre con cautela y utilizando todos los medios de prevención a nuestro alcance, ir aprendiendo a convivir con esta enfermedad hasta que la comunidad científica pueda construir la tan ansiada vuelta a la normalidad, creando una vacuna eficaz que elimine esta realidad oscura que nos atenaza desde marzo y que ha puesto contra las cuerdas a un mundo demasiado confiado en vanas promesas de invulnerabilidad. Acostumbrado al egoísmo, al amor al dinero fácil, a la vida regalada y a utilizar el planeta como si fuese una papelera.
Esta realidad nos ha enseñado que somos de naturaleza frágil y que las cosas pequeñas son a veces las más importantes, que los sentimientos hay que cultivarlos y disfrutarlos, que el corazón y la razón son importantes en su justa medida, que todas las personas son importantes, que no se debe prescindir de los frágiles y de los ancianos porque todos tenemos fecha de caducidad y porque nos dieron lo que hoy disfrutamos, y porque sin ellos, sin duda, no seriamos nada.
Esta PANDEMIA (si tiene algo bueno) nos ha hecho reflexionar sobre muchas cosas que teníamos abandonadas en el armario de la desidia y ha desnudado la verdadera condición de muchas personas. Unas envueltas en la prepotencia, la violencia o en una oscuridad que antes se escondía tras la máscara de la hipocresía, mientras que otras han sacado lo mejor de sí mismas haciendo de SOLIDARIDAD, COMPROMISO, COLABORACIÓN y AYUDA a las personas que tienen a su alrededor orgullo y bandera de sus anhelos, dando auténticos y loables ejemplos de su calidad humana. ALLÁ CADA UNO CON SU CONCIENCIA. ESPERO QUE HAYAMOS APRENDIDO LA LECCIÓN que como en tantas ocasiones nos da la vida.
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