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Los Iluminados de Tolox

Trabajo realizado por Francisco Lara Millán (Licenciado en Historia)

Prólogo

Durante la sesión del senado acaecida el 13 de diciembre de 1887 interviene con un largo discurso el señor Antonio de Mena y Zorrilla, brillante orador del grupo conservador. Los puntos que toca son diversos, centrándose primero en la política exterior, combatiendo las medidas adoptadas sobre la exportación de nuestros vinos a Francia, después habla sobre el asunto del imperio de Marruecos incluida una polémica surgida tras el fallido intento de construir un faro en la isla Perejil; en cuestiones de política interior dirige su reflexión al tema de la crisis agrícola reclamando medidas proteccionistas y atacando el librecambismo; pero concentramos nuestra atención cuando Mena culpa a posibilistas y liberales de aliarse en contra del partido conservador, su único enemigo; la controversia giraba en la reforma de la ley electoral, en concreto el sufragio universal y aquí dedica lo siguiente al partido posibilista, un partido que consolidó su programa en el sufragio universal: "en ningún país acontece lo que aquí. En Inglaterra e Italia no se han atrevido a proclamar el inmediato planteamiento del sufragio u otras reformas de análogo alcance, y aquí, donde existen aún los iluminados de Tolox, lo queréis enseguida". 
En la actualidad, en un mundo globalizado, donde la información se obtiene al instante, donde una gran mayoría vivimos conectados, puede parecer banal que un grupo de personas, en un alejado punto de la sierra, se desnuden en la oscuridad de la noche alrededor de una hoguera realizando determinados ritos, etc. Pero a finales del S. XIX con una moral excesivamente rígida, más si cabe en los pequeños núcleos de población, estos acontecimientos se magnificaron encontrando además un excelente canal de difusión, los periódicos. De esta manera los sucesos acaecidos en Tolox se propagaron por todo el país casi como la pólvora, llegando a introducirse en los discursos de la Cámara Alta de nuestras Cortes Generales.
Los Iluminados de Tolox ha sido un tema tabú, un escabroso asunto del que muchos habitantes de este pueblo, asomado a la campiña y enganchado a la sierra, se han querido desprender; aunque para nosotros se trate de unos hechos sin demasiada importancia y que, salvo esa primera fama inicial, no ha repercutido para nada en la vida de Tolox y/o sus habitantes. Pero sí ha sido una cuestión que se ha tratado por todos los medios de ocultar. El propio profesor de la Complutense, D. José Sánchez Jiménez, se hace eco del silencio de las Actas Capitulares en torno a un hecho cuya trascendencia fue grande y cuyo conocimiento a nivel popular se ha mantenido por la fuerza de la tradición que lo ha desvirtuado en exceso. 
Esa deformación del hecho ha invitado a que sea descrito desde varios puntos de vista, a nuestro juicio faltando de rigor histórico, ganando últimamente la versión más sensacionalista. En esta nueva realidad los Iluminados son vistos como una especie de secta, engañados por individuos externos, que ante la inminente llegada del fin del mundo deciden, en un paraje de la sierra, inmolarse tras un brutal ritual colectivo: caudal de sangre, uso de substancias alucinógenas, intento de arrojar un niño a la hoguera..., son acciones muchas veces repetidas por fuerza de la costumbre. 
Pero independientemente de las verdades y ficciones que cada relato contiene los Iluminados de Tolox fueron culpables de dos graves males: un exceso de religiosidad y una carencia total de instrucción. Estos dos componentes si se dan en un periodo de crisis y cuentan con un combustible apropiado pueden hacer brotar nuevos "Iluminados" en cualquier época histórica. Por eso el abogado que escribió el famoso proceso, D. Manuel Pérez Malpica, como ochenta años después el profesor D. José Sánchez Jiménez en su célebre tesis doctoral, se quejan de una administración que se olvida de instruir a sus propios ciudadanos, o de una sentencia judicial que castiga hechos como delitos morales en sociedades rurales totalmente atrasadas.

La comarca de la Sierra de las Nieves:

La Sierra de las Nieves es una comarca situada al sur de la comunidad andaluza, en la zona occidental de la provincia de Málaga. En este marco geográfico se encuentran una serie de pueblos que disponen, dentro de su propia idiosincrasia, de unas características comunes que los hacen diferentes de otras comarcas andaluzas.
Posee una gran riqueza natural, con infinidad de especies animales y vegetales, algunas especies vegetales casi únicas en el mundo, como el Pinsapo o el Quejigo de montaña, otras especies animales como la Cabra montés o la Nutria mantienen en esta zona poblaciones de individuos estables.
En el corazón de este complejo se halla Tolox, con una población (a comienzos de 2018) que escasamente supera los 2000 habitantes y una extensión de 94 km². Esta localidad debido a su situación dispone de un acceso privilegiado a la Sierra, es prácticamente el balcón de la comarca. Una de sus vistas la ofrece el Torrecilla, que con sus 1919 metros se muestra como el pico más elevado de la cordillera penibética occidental. En este sentido en invierno, cuando el manto blanco hace acto de presencia, toda la zona se convierte en uno de los principales atractivos de nuestra provincia, conocida sobre todo por la constante turística de playa de la cercana Costa del Sol.
Pero en otros tiempos los pueblos serranos como el de Tolox u otros enclaves incluso más montañosos de nuestra comunidad no eran idílicos remansos de paz donde morar. La mayoría de los pueblos andaluces estaban pobremente conectados con los núcleos económicos, sociales y culturales de nuestra geografía regional. La sierra era sinónimo de recogida de esparto, arrieros, carboneros con manos y caras ennegrecidas, bandoleros apartados de la justicia, ganaderos, traficantes, sudor, esfuerzo y rostros arrugados formaban parte del elenco de suertes que repartía la montaña. 
Ahora todo ha cambiado, las comunicaciones han mejorado las vidas de nuestros pueblos; las novedosas vías que están aportando las nuevas tecnologías también, poco a poco, se están abriendo camino, envolviendo a todos sus habitantes. Ya residir en un pueblo no significa retraso, tanto cultural cuanto económico, o falta de expectativas, aunque puedan quedar remanentes que mejorar. Ahora los pueblos serranos son lugares acogedores, tranquilos, enclaves con muchas potencialidades.
Si somos capaces de aunar esfuerzos y desarrollar un modelo de progreso que respete nuestra identidad, viviendo en armonía con el entorno que poseemos, pensando en las generaciones que nos sucederán, podremos sin duda ahuyentar cualquier fantasma del pasado. Seguro que así todo parecido al de los Iluminados de Tolox dejará de ser noticia porque sería harto difícil que se vuelvan a reproducir acontecimientos similares.

Contexto histórico de los Iluminados:

El S. XIX fue una centuria de grandes transformaciones donde asistimos a pocos años de su comienzo a una guerra por la independencia, a la caída del antiguo régimen y al ascenso de una nueva clase social que acabará consolidando su dominio al acceder al poder político, la burguesía. A finales del primer tercio de ese siglo la provincia de Málaga fue pionera en la península con el inicio de la revolución industrial. Durante muchos años fue la ciudad más industrial de España superada años después solo por Barcelona. Málaga era entonces conocida como la ciudad de las chimeneas. La provincia destaca en esos años tanto en la siderurgia como en el sector textil. 
Sin embargo las últimas décadas del S. XIX fueron muy negativas en nuestra economía, arrastrada por un crisis en todo el país. A partir de 1870 comienzan a llegar a Europa, y a precios mucho más bajos, productos agrícolas y ganaderos procedentes de países como EEUU, Argentina, Canadá, Rusia, etc. Esto se vio agravado, especialmente en nuestra provincia, por la plaga de la filoxera, que irrumpió con extrema crudeza en 1878. La siderurgia y el sector textil no pudieron competir con otras zonas de España, entrando en una grave recesión. 
Pero el S. XIX fue también un siglo político muy inestable que se vio acrecentado con el sentimiento de pérdida de todas las colonias hasta hacer desaparecer el gran imperio español. Otras deficiencias casi endémicas eran las comunicaciones y la educación. Durante esta recesión decenas de miles de malagueños de ambos sexos embarcarán hacia lejanos destinos como Brasil, Argentina, chile o Uruguay en las últimas décadas del S. XIX y comienzos de la siguiente centuria, ya no solo en busca de fortuna, sino de tener un medio de subsistencia básico que aquí carecían. Nuestro pueblo sufrió también esta incesante sangría poblacional de casi el 14% en el último tercio del siglo. Si en 1867 Tolox tenía 3363 habitantes al finalizar la centuria, en 1900, la población había disminuido a 2905 almas.
Para sellar esta crisis finisecular cabe mencionar el terrible terremoto ocurrido el día de Navidad de 1884, conocido como "el terremoto de Andalucía". Este seísmo, aunque tuvo como epicentro el pueblo granadino de Arenas del Rey, afectó a unos cien núcleos urbanos de Granada y Málaga. La noticia de los terremotos -se produjeron más de cien réplicas en los días posteriores- dio la vuelta al mundo y alrededor de cuarenta países mandaron donativos, hasta un total de tres millones de pesetas, para ayudas a los damnificados. Esta serie de temblores causaron entre 1050 y 1200 víctimas mortales y alrededor del doble de heridos.
Este era el panorama de pueblos como Tolox, aislados, con grandes deficiencias en comunicación y educación, con una economía de subsistencia básica que se encontraba amenazada, que se veía agravado por las noticias de pérdida general, por una fuerte crisis en el sector agrícola, por las agitaciones políticas del país y por las últimas noticias de los seísmos ocurridos en la zona de la Axarquía. Pensar que el fin de un ciclo estaba cerca era, para personas sin ninguna instrucción y muy sugestionadas, algo muy posible.
Este sentimiento de decadencia general que se percibía a finales del S. XIX encontró su espacio en dos movimientos: el regeneracionismo y la generación del 98. Aunque tenían los dos como elemento en común el juicio pesimista sobre España, los primeros lo hacen de una forma más objetiva y documentada, mientras que la Generación del 98 lo hacían en forma más literaria, subjetiva y artística. El principal representante del regeneracionismo fue el aragonés Joaquín Costa; gran orador, acabó renegando de las soluciones políticas y abogando por propuestas técnicas, como la de este lema que seguramente hubiera ayudado mucho a los "iluminados" no ya solo de Tolox, sino de todo el país, "Escuela, despensa y doble llave al sepulcro del Cid".

Introducción:

Al querer aproximarnos a los hechos ocurridos en la villa de Tolox, en marzo de 1886, encontramos quizás el primer escollo con su propia denominación: “los iluminados”; en este sentido hay otro término que puede encajar con estos sucesos, el de “alumbrados”. Ya un movimiento parecido se había extendido durante el S. XVI por Andalucía y Extremadura, pretendiendo hallarse iluminados por la gracia de Dios, defendían que podía llegarse al estado de perfección empleando únicamente como medio la oración. Otra opinión interesante es la de Gregorio Marañón:
El mismo “San Ignacio y muchas de las primeras y más esclarecidas personas de la compañía” fueron sospechados de esta herejía; y los más insignes místicos españoles: Santa Teresa, el beato Juan de Ávila, Fray Luís de Granada. Pero más que verdadera heterodoxia, el alumbramiento acabó siendo desvergonzada treta con la que seglares libidinosos embaucaban a mujeres simples, con frecuencia monjas, haciéndoles creer, en provecho de su lascivia, que los pecados, sobre todo los sexuales, eran gratos a Dios. La inquisición persiguió duramente a estos herejes o cínicos y en casi todos los autos de fe de la época figuran reos de tal pecado.
Aunque si nos ceñimos más a la realidad todo parece indicar que ni se trata de iluminismo ni de alumbramiento. Más bien parece un fenómeno de fanatismo religioso como así trataremos de exponer. Aunque detrás de todo esto puedan existir otros intereses más mundanos; y qué lucro más terrenal que la economía. 
También podemos discutir si el hecho en cuestión merece una investigación exhaustiva, a no ser que tratemos de examinar fenómenos de mentalidades colectivas. En principio podemos tener tres cosas claras, que además van paralelas a la trascendencia de estos sucesos: 
  1. Al presentarse en el lugar de autos dos parejas de la guardia civil tuvieron que hacer un atestado. Los primeros en llegar fueron dos parejas de la guardia civil del vecino pueblo de Istán, cuyo jefe, el guardia 2º Tomás de la Cruz Bernal, entregó al señor juez un oficio relatando todo lo que presenciaron.
  2. Como segunda cuestión constituyó un hecho sin precedente (al menos cercano) en la historia de un pueblo sumergido en sus tradiciones. 
  3. Si esto sucede un siglo antes el tribunal de la Inquisición habría intervenido y posiblemente las penas hubiesen sido otras.
Para lo primero hoy en día es posible que ni siquiera constituyese delito, y si lo es podría “arreglarse” pagando su correspondiente sanción.
Para la segunda cuestión la mentalidad de los pequeños municipios andaluces ha cambiado mucho en estos más de 130 años que han transcurrido. No obstante los pueblos siguen siendo pequeños oasis donde la moral tradicional encuentra fáciles estructuras para su conservación, aunque ésta se amolde con el devenir de los tiempos. Precisamente una de las principales razones para esto es que todo el mundo se conoce, no sólo hablamos de un conocimiento presente, sino también, en el caso de los mayores, del pasado, y en cierto sentido muchos se encuentran emparentados.
Para el tercer tema, y después de varios intentos, en julio de 1834, al inicio de la Regencia de María Cristina de Borbón, el gobierno liberal moderado de Francisco Martínez de la Rosa aprobó un decreto cuya disposición primera decía: "Se declara suprimido definitivamente el Tribunal de la Inquisición". Fue la cuarta y última abolición de la Inquisición en España. Aunque el último ejecutado en España por el llamado delito de herejía fue un maestro de escuela, llamado Antonio Cayetano Ripoll, quien fue ahorcado en Valencia el 31 de julio de 1826, la última persona condenada a muerte por la inquisición fue una mujer, María de los Dolores López, conocida como la beata Dolores, una religiosa española ciega considerada hereje por este tribunal. Al haberse arrepentido en las horas previas a su ejecución fue estrangulada a garrote vil en Sevilla en 1781 para posteriormente arrojar su cuerpo, ya cadáver, a la hoguera.
Por otra parte mientras más profundizamos en el tema y más información recopilamos más incógnitas nos encontramos, y reunir datos por fuentes orales no es tan fácil como creíamos en un principio. Las fuentes orales a las que podemos acudir no serían directas, solo una tercera o cuarta generación nos podría informar de aquellos acontecimientos. 
Para el tema que nos ocupa un libro esencial es el proceso judicial seguido contra los llamados Iluminados, realizado por el abogado Manuel Pérez Malpica tres años y medio después de ocurrir los sucesos. Malpica resalta en el capítulo introductorio de su libro lo incomprensible de actos como este en lo que califica como "el siglo del progreso y de la civilización". Evidentemente todos nos consideramos moradores de la etapa más progresista. ¡Ya veremos qué juicio recibiremos de los malagueños de siglos venideros!

Acerca de los implicados:

En este gráfico observamos las actas sacramentales de los veinticinco implicados que estuvieron en el rancho de la sierra. Además hemos incluido a Mateo Romero Puerto, uno de los que hemos denominado más adelante colaboradores externos, quien no estuvo esa noche en el rancho pero que tuvo una implicación indirecta con todo lo ocurrido. Estas actas me las proporcionó D. Antonio Canca Guerra en los muchos días que acudí a su casa, situada en el malagueño barrio de las Chapas, mientras cursaba mis tres últimos años de la licenciatura de Historia. D. Antonio era una persona muy especial, a veces con un agrio carácter que se acrecentó a causa de la edad y de un acuciante empeoramiento físico, que vivía en una modesta casa repleta de libros. Algunas de esas habitaciones eran pequeños santuarios para cualquier amante de las letras.
Centrándonos ya en el gráfico podemos observar que en total se encontraban en el rancho de Micaela 25 personas pertenecientes a cuatro grupo familiares. Las edades comprendían entre un niño de pecho que contaba solo 9 meses a los 77 años que tenía el padre de nuestra protagonista principal. Francisco Merchán Najarro, progenitor de Micaela, nació el 14 de enero de 1809, en plena guerra de la Independencia contra las tropas de Napoleón.
De esos 25 implicados fueron procesados los mayores de 9 años, es decir 19. Faltarían dos que también fueron procesados pero que no están en esta lista ya que vivían en el mismo pueblo de Tolox. Esto hace que el número total de encausados a juicio fueran 21. Cuando se emitió la sentencia en la Audiencia de Málaga trece fueron los condenados y seis absueltos. Entre los absueltos se encontraban Isabel Gallardo Pato y Antonio Alonso Martín (el Pilonso); los otros seis obraron sin discernimiento por lo que se absuelven y se mandan entregar a sus respectivas familias con encargo de vigilarlos y educarlos.

Los iluminados en la sierra:

Los hechos ocurrieron en el sitio denominado Vega del Horno de Miera y Boca del Arroyo Juncalejo, a orillas de Río Verde, distante del pueblo unas dos leguas, que aproximadamente equivaldría a 11 kilómetros. En ese punto existía un horno de miera y otro de cocer pan, apareciendo próximos a dichos hornos los paredones de cinco chozas, agrupadas todas, revelando haber sido destruidas por el fuego recientemente, e inmediata a la puerta de la choza principal una hoguera apagada, en la que se encontraban restos de mantas y de otras ropas de vestir de personas de ambos sexos, aparejos de caballerías y hatos, varias herramientas de labor, un cañón de una escopeta, menajes de casas, restos de carnes saladas y de pan cocido; también se vieron dos cerdos pequeños muertos a la otra parte del río.
En un rancho o choza inmediata, propiedad de José Reina Leiva, se encontraron a José Reina Vázquez, su esposa Micaela Merchan Vera y sus cinco hijos Francisco, José, Juan, Antonio y Miguel, que lo custodiaban dos parejas de la guardia civil del pueblo de Istán, uno de los cuales, el guardia 2º Tomás de la Cruz Bernal, entregó al Sr. Juez un oficio en el que se da conocimiento de lo anteriormente presenciado y los servicios que han prestado, hallándose la familia Reina vestida con escasas prendas, que se aumentaron con las llevadas del pueblo.
El horno de Miera, topónimo que daba nombre a la vega donde se encontraba el aduar de estas pobres gentes, servía para destilar la miera, mediante combustión, de la madera del enebro. Una vez obtenida la miera, mediante la destilación de la savia de las raíces del árbol hembra de la especie Juniperus, ésta era envasada y distribuida entre los gremios de pastores del ganado lanar y caprino. Su aplicación externa a ovejas, corderos y cabras, servía par combatir diversas enfermedades del ganado, tales como las picaduras de insectos, y también para curar a las ovejas de la mordedura del "alicante" (una especie de víbora pequeña, de hocico remangado y picadura muy venenosa), y de la sarna.
En cuanto a la fecha todo ocurrió la noche del sábado 20 de marzo de 1886. Aunque en el proceso judicial se proponen otras jornadas, como la del 21, 22 o incluso la del 23 de marzo. Vamos a convenir que se trate de un error de transcripción y a decantarnos por la fecha que más se repite, la del sábado 20 de marzo. Parece ser que había en el lugar unos 25 individuos, con edades comprendidas entre 9 meses y 77 años. Pero también la edad de una persona puede variar algo, tampoco se trata de desviaciones excesivas, cuando se avanza en la lectura del proceso judicial de D. Manuel Pérez Malpica. También pensamos que pueda tratarse de un error de transcripción. 
Entre los efectos remitidos por el juzgado municipal de Tolox al de instrucción de Coín encontrados en el lugar de los sucesos tenemos: un calderillo de hierro, una bolsa de cuero conteniendo otra bolsa llena de perdigones, otra vacía, como de haber tenido pólvora, y dos hojas de navaja anchas y cortas, una hoz de podar, otra de segar, las dos sin mango, un almaraz con mango de madera, dos anillos unidos por una cadenilla de hierro, un guardamonte de escopeta, dos argollas sueltas de hierro y un cañón de escopeta, todo con señales de haber estado en el fuego.
Al folio 85 de la causa aparece la reseña de un libro y una imagen. El libro está forrado toscamente con cubierta azul; se titula "El amante de Jesucristo". El ejemplar tiene 114 páginas de texto, seis de prólogo y dedicatoria y otras seis de anuncios al final; falta la hoja primera. El prólogo de este libro dice: "El objeto de esta pequeña historia es dar una idea de un fervoroso amante de Jesucristo bajo la persona de un verdadero discípulo del Señor. Esta obrita se divide en tres partes: la primera trata de la vida oculta y solitaria de este hombre de bien; la segunda de su vida pública y laboriosa, y la tercera de sus penas y muerte. En la primera parte se verá como se llena del santo amor; en la segunda como lo comunica á los otros y en la tercera como se consume en las puras llamas de este santo amor. Yo ruego al Señor, y le suplico que aquellos que leerán y oirán leer esta historia aprendan, al ejemplo de este grande hombre, amar á Jesucristo; hacerle amar de todo el mundo, y crecer todos los días en este santo amor".
La imagen representa, al parecer, a Jesús nazareno; tiene dos metros de altura, incluso el pedestal, y se compone de armadura de pino, con cabeza pies y manos de talla; está cubierto con una chapona de algodón y una túnica o alba de tela blanca, ceñida a la cintura por un cordón con borlas, todo de algodón amarillo; en la cabeza una corona de alambre y una peluca.
Aquí podemos ver un mapa donde un punto azul indica el lugar exacto de los acontecimientos. El rancho de Micaela se encontraba lindando con el vecino pueblo de Istán. Por un "puñado" de metros los Iluminados de Tolox quizás hubiesen sido de Istán. Aunque llegado este momento es imprescindible relatar lo ocurrido en la sierra esa noche de comienzos de primavera de 1886.

Los hechos en el rancho de Micaela: 

En un rancho propiedad de Micaela Merchán Vera y de su esposo José Reina Vázquez se reunieron unas 25 personas bajo el pretexto de realizar determinados ritos. Estos consistieron en rezar y hacer penitencia, bajo las fervorosas palabras de Micaela, en salir al exterior con el fin de adorar a la luna, para seguidamente prender fuego a las chozas, todas propiedad de Micaela, alma principal y promotora de todo lo acontecido; arrojar a la hoguera todos los objetos, incluida la ropa, para recibir mejor la gracia divina que sería en adelante su nueva vestimenta; flagelarse con sogas de esparto y arrancarse vellos y pelos, y algunos llegaron a producirse ciertos cortes en zonas no vitales del cuerpo para reproducir las llagas de Cristo; inmolar a 7 cerdos que suponían endemoniados y una vaca blanca que pasaba por allí (propiedad de una familia de Istán), se libró de peor suerte por ser la portadora del Espíritu Santo. 
En todo este pintoresco escenario Micaela preconizaba el fin del mundo (cosa muy usual incluso en este recién comenzado milenio); el Sol era Dios y la luna la Virgen; era necesario la penitencia para recibir el maná diario y no tener que trabajar (en un mundo rural donde el trabajo era el pan de cada día lo de vivir sin trabajar era un verdadero sueño), celebrándose una especie de ceremonia matrimonial, dirigida por Micaela, entre Blas Elena Sánchez de 21 años y Juana Reina Vera de 16 años, aunque no consumieran dicho acto ya que solo se dieron tres abrazos. Diversos periódicos que escribieron sobre este tema apodan a Juana como "Santa Isabel" y la describen como una joven muy bella.
Hasta aquí tenemos una aproximación bastante exacta de lo ocurrido en la sierra y desde luego las versiones que podemos escuchar actualmente no son todas concordantes. Y es que la tradición oral, a nuestra opinión, ha podido distorsionar los hechos. Pero lo que sabe menos gente es lo que paralelamente, desde meses antes, estaba sucediendo en el propio pueblo de Tolox.

La supuesta poción mágica:

Aunque antes de bajar de los montes, para centrarnos en el pueblo, quisiéramos hacer hincapié en un hecho ocurrido en el rancho. Al fuego se arrojó también un puchero, que no todos observaron durante el juicio, que posiblemente pudo contener una sustancia alucinógena, aunque Micaela afirmaba que escondía un simple cocido. 
En el juicio se hablaba de hacchist o cannabis indica (sic) pero la hipótesis más plausible es que se trate de extracto de belladona, que se obtiene del beleño (sic). La Belladona, igual que el beleño, son plantas de la familia de las Solanáceas. En el caso del beleño el más tóxico es el negro, pero éste parece que no abunda en el sur de la península ibérica y en el juicio se dice “que abunda en esos montes”. 
Muchos de lo que conocen la sierra saben de la existencia de este arbusto pero ninguno podría reconocerla. A un joven que trabaja por estos montes desde hace muchos años le pregunté, sabiendo que su padre era un experto conocedor de esos parajes, donde se había criado. El nos respondió que su padre sabía de una planta, cuyo nombre no recordaba en esos momentos, que tomada en infusión producía una fuerte diarrea, y que esa podría ser el beleño. Una de las propiedades de las Solanáceas es que producen, en uno de sus múltiples efectos, descomposiciones gástricas. 
Algunos opinan que el beleño fue utilizado sobre todo en la edad media, por las sensaciones de ingravidez y pérdida de peso corporal que producía. Posiblemente las brujas del medievo y de la edad moderna iban "montadas" sobre beleño y no sobre una escoba. El escritor vasco Luís Otero Aria, hablando del beleño en su libro "Las plantas alucinógeneas", asegura que: "El beleño produce sensación de gran ligereza, parece que uno pierde peso, sintiéndose tan ingrávido que uno acaba creyendo que se eleva por los aires, lo mismo que la bruja volando sobre su escoba. Así como la belladona provoca furia y violencia, no raramente acompañadas de carcajadas delirantes, el beleño es más tranquilo, el intoxicado busca la calma e, incluso, trata de dormir". Precisamente eso no parece que hicieron los iluminados en la sierra, dormir.
Pero independientemente de lo hablado muchos sostienen que los Iluminados tomaron algún tipo de sustancia alucinógena, aunque esto no queda confirmado en el libro de Malpica, es decir, en el juicio. También conviene recalcar que existen otros toloxeños conocedores de la sierra que ni siquiera han oído hablar del beleño; es como si un tupido telón hubiese caído sobre este asunto. ¿Tomaron en realidad alguna sustancia alucinógena tipo belladona, beleño, etc? Es posible que sí, es muy factible que estas personas pudieran conocer, mejor que nosotros, las propiedades de muchas plantas. Pero, y siempre reiterándonos en lo que aparece en el proceso judicial, no está probado y consideramos bastante dudoso que se pueda alguna vez evidenciar.
Mas como ya hemos anunciado en líneas anteriores quizás lo más interesante estuviese sucediendo en el propio pueblo. Sucesos que para nosotros están muy conectados con los ya citados, que pudieron darse en otros lugares pero que no tuvieron un desenlace similar: el de los Iluminados. 

Colaboradores externos: 

Pero la red que se desarrolla no podemos situarla exclusivamente en Tolox. Parece ser que desde el barrio de la Trinidad, en Málaga, existía una copiosa correspondencia con una mujer llamada Teresa Villatoro, a través de su emisario Mateo Romero Puerto (más adelante, en el libro de Malpica, aparece una vez como Mateo Conde). Esta correspondencia epistolar se efectuaba con unas mujeres de Tolox denominadas en la Audiencia de Málaga "las cuatro columnas", a saber: Isabel Gallardo Pato, Josefa Márquez, Micaela Merchán y Ana Mesa. Estos dos personajes antes citados, Teresa y Mateo, recibían el calificativo de Santa y Santo respectivamente. En todo caso “Santa Teresa” actuaba de un modo similar al que lo hacen nuestros actuales adivinos y agoreros, y por medio de dádivas recibidas correspondían sus servicios. Pero si enmarcamos esta situación en una población casi totalmente analfabeta, donde la mayor parte de los recursos estaban en posesión de unos pocos, donde no parece existir un futuro mejor, al menos en esta vida, todo esto cobra nuevas dimensiones. 
A su vez aparece en escena un falso sacerdote, posiblemente escapado o licenciado (sic) de la prisión de Granada, que no sabemos la relación que pudo mantener con los dos malagueños antes nombrados y que se propuso vivir del cuento engañando a estos pueblerinos nada ilustrados. Mientras saciaba su apetito el “padre José” comenzó a predicar en el pueblo el fin del mundo. Cosa, que como ya se ha explicado, sigue estando presente en nuestra actualidad. Sin ir más lejos una profecía maya instauró este colapso en el 2012. Bueno, tal vez algún día, igual que el empedernido jugador de lotería, se acierte en señalar ese fatídico momento.

Los hechos en el pueblo:

Las predicaciones del "padre José", unido a las cartas enviadas por "Santa Teresa", residente en el barrio malagueño de la Trinidad, junto a su emisario también conocido como "San Mateo", surgieron efecto en las mentes más piadosas del pueblo. Una de las soluciones a todos los males que se aproximaban era hacer mucha penitencia, y sobre esto versaban los encuentros que se celebraban en casa de María Canca Guerra. Allí se rezaba mucho, bajo la estatua de un cristo de madera, de unos dos metros de altura, regalado por el padre José, quien en principio se hospedó en casa de María Canca; una efigie que según el fiscal más bien producía temor que pasión. Una de las asistentes a estos rezos era nuestra protagonista del rancho de Río Verde, Micaela Merchán Vera, junto con otras “beatas” entre las que cabe destacar una mujer llamada Isabel Gallardo Pato. 
Pero tenemos otros dos personajes de Tolox, alejados en la escala social, cuyas vidas acabaron cruzándose. Se trata del hacendado del pueblo, de 40 años de edad y propietario de un establecimiento de género, José del Río Sepúlveda (quien fue alcalde de Tolox en diversas ocasiones) y de un pobre campesino llamado Miguel Soto Martín (conocido como el Pilonso), de 24 años, soltero, jornalero y domiciliado en el barrio del Castillo. José del Río hacía poco tiempo que había perdido, por unas fiebres tifoideas, a un hijo de 18 años. Aunque lo más inquietante es lo que relató Miguel Soto Martín (el Pilonso) en la Audiencia de Málaga:
En el mes de Noviembre de 1885, hallándome trabajando en un terreno de mi padre, en el sitio llamado Arroyo de la Viña, término de Tolox, me dirigí para comer higos chumbos a unas chumberas inmediatas, sintiendo mucha alegría al encontrar en el suelo a un niño desnudo como de un año, que tenia una cadena de oro y un reloj al cuello y en las manos un crucifijo también de oro. Extrañándome por el hallazgo le pregunté quien le había llevado aquí, contestándome que su madre, que también estaba, aunque yo no la veía. Enseguida me dijo estas palabras: mundo mundo, explicándome que significaban que el mundo iba a dar un tumbo. Me alejé para ir en busca de mi padre, a quien conté lo sucedido, aconsejándome que volviera para recoger al niño y lo envolviera en unos calzones que me dio. El me acompañó pero yo llegué antes ya que se encontraba enfermo y andaba más despacio. Habiendo vuelto al mismo sitio ya no encontré al niño, y sí en su lugar una cruz señalada en el suelo y al lado vi una señora muy bien vestida de negro, que me animó para que me acercase, haciéndome sentar a su lado. Me suplicó que era preciso escogiese cuatro compañeros en Tolox, o por lo menos tres que ella designaría y fuera al cementerio del pueblo con D. José del Rio a rezar durante dos horas, medidas con un reloj de oro que D. José había de llevar, sobre la tumba del último difunto que se había enterrado, hijo de D. José del Río, a fin de librarle de cierta pena que sufría en el purgatorio, y me prometió dicha señora que ella se me presentaría el día oportuno, de modo que yo solo la viera y oyera y los demás no.
Tras lo ocurrido la señora desapareció y volví al pueblo contando lo que me había pasado y avisando a D. José del Rio para que cumpliera el encargo de dicha señora, yendo al cementerio a las once de la noche. Con este motivo se produjo gran alarma en el pueblo y a las dos noches, habiéndose aparecido la misma señora, fui por su orden acompañándola por el pueblo, sin que nadie más que yo la viera, y cuando me decía "aquí" llamaba en la casa señalada con estas palabras, "tu eres una de las tres elegidas por la Virgen", e inmediatamente salia la mujer con un cirio encendido y el manto puesto y se iba detrás. De este modo fueron señaladas las tres referidas compañeras, que eran Isabel Gallardo Pato, María Canca y una tal Gerónima, con las cuales y dicha señora, invisible a todos menos a mí, seguidos de más de la mitad de la población, nos dirigimos a la casa de D. José del Rio para decirle que nos acompañara, pero éste nos rechazó, lanzándonos de su casa, tratándonos de farsantes, por lo cual nos fuimos sin él al cementerio, cuando eran ya las nueve de la noche, concurriendo también entre la multitud algunos individuos de la Guardia Civil.
Yo había pedido con anticipación la llave del cementerio, pero como no me la quisieron dar, nos quedamos todos en la puerta lineándonos de rodillas con cirios encendidos y rezando por espacio de algún tiempo hasta que se nos apareció el difunto hijo de D. José del Rio, preguntando porqué no iba su padre y excitándome para que le volviera a aconsejar fuera a aquella hora, llevando un reloj, y enseguida desapareció; ninguna de las demás personas vieron esta aparición; en cambio vieron luces en el aire y oyeron el llanto de un niño dentro del cementerio, produciéndose grandes sustos, carreras y desmayos en la muchedumbre, aunque yo no me apercibí, porque estaba de rodillas rezando con la invisible señora, que no se apartaba de mi lado; más tarde supe que tres hombres, quienes eran Mauricio Elena López, Miguel Mesa Soto y Alonso Gómez Dueña, se introdujeron en el cementerio con objeto de burlarse de los de afuera y estuvieron haciendo miedo para asustarnos. Después de esto Isabel Gallardo Pato me llamó a su casa y me dio a comer dos rosquillas y un pedazo de alfajoz, produciéndome con esta comida tal alucinación que quedé privado de voluntad y sometido a la Isabel, quien me hizo permanecer en su casa nueve días, empleándome en los oficios más bajos, hasta que pedí auxilio a María Santísima. Cuando estaba rezando una tarde mandó la Isabel a su hija cierto libro en cuyo momento se produjo un ruido extraordinario en la casa, que se pusieron a volar las sillas y muebles, quedándome aterrado, aunque apretando el rosario contra mi pecho pude salir de la casa volando hasta llegar a lo alto del pueblo, sin haber vuelto después a casa de Isabel.
Este relato, que en alguna que otra ocasión causó risa entre los asistentes al juicio, es lo que contó el Pilonso. Aunque también en el juicio se llegó a decir que en el sitio donde relató el Pilonso se le apareció la Virgen los tolitos levantaron una especie de ermita, llegando a hacer relicarios con hojas del olivo situado en ese lugar, hasta el punto que según los testimonios dados en la Audiencia el árbol se estaba quedando sin hojas. 

Opiniones médicas:

En la tercera sesión del juicio, acaecida el viernes 25 de noviembre de 1887, tres facultativos: D. Luís Criado León, D. Juan Rafael Ramírez y D. Manuel Vázquez (este último médico de Tolox) fueron solicitados por el presidente de la Audiencia para examinar a algunos de los imputados. Es aquí también cuando encontramos algo novedoso, que por lo que se decía en la sala en un futuro quizás podría servir para esclarecer delitos, la utilización de la hipnosis. Por tal motivo se preguntó a estos tres facultativos sobre la aptitud que poseían los procesados de ser hipnotizados. Se realizó un minucioso informe ya que estuvieron con estos encausados esa misma mañana.
En dicho informe los peritos comenzaron explicando en qué consistía el hipnotismo intentándolo aplicar al caso de Tolox. Como se trataba de una ciencia nueva, sin precedentes en España, se basaron en los trabajos sobre la hipnosis realizados por el fisiólogo y psicólogo francés Henri-Etienne Beaunis (1830-1921), profesor de fisiología en la Facultad de medicina de Nancy. Según este trabajo los hipnotizados no recuerdan nada del sueño hipnótico siendo una rara excepción lo contrario. Pero en el caso de Tolox todos, en mayor o menor medida, recuerdan lo que ha sucedido. La conclusión para estos facultativos es tajante: no creen que se trate de hipnotismo.
Para estos peritos todo obedece a un fanatismo religioso apoyándose en que cedieron a una idea religiosa: creían en Dios, querían halagarlo, quemaron sus ropas como sacrificio y todos esperaban que les remuneraran con una especie de maná llovido del cielo o, como ellos decían, el espíritu Santo trayéndoles ropas y comestibles. Para estos facultativos, y dada la poca ilustración de estos individuos, todo esto caló en ellos haciéndolos fanático-religiosos.
Las cuatro personas sometidas a este examen fueron Micaela Merchán Vera, su esposo José Reina Vázquez, Isabel Gallardo Pato y Miguel Soto Martín (el Piloso). Los tres primeros no pudieron ser hipnotizados, pero Miguel Soto Martín sí. Veamos unos fragmentos de lo explicado por los facultativos sobre lo ocurrido durante la sesión de hipnosis del Pilonso: "Abolidas por completo las facultades psíquicas, pierde el individuo el dominio racional, que todo hombre tiene, quedando la memoria, el entendimiento y la voluntad a merced de otra persona. Hácensele olvidar las ideas que uno quiera y por un tiempo indeterminado. No recuerda lo que le ha pasado durante el sueño hipnótico, a no ser que durante este se le sugestione la idea de que recuerde alguna determinada cosa. Queda pues abolida la memoria. Se sigue la sesión y en el mismo sueño hipnótico se le hace comprender lo más absurdo, y sin que el individuo pueda reaccionar ve cuantos objetos raros y monstruosidades quieran hacérsele comprender hasta el extremo de decirle que está muerto y despedazado, que no tiene manos, que ha perdido una pierna, hipnotizado por más que la toque no cree su existencia: la mira y no la ve. Pierde pues el entendimiento (...), se le manda que robe y roba...".
Siguiendo los estudios del célebre profesor Beaunis concluyen estos facultativos que el Pilonso es un verdadero hipnótico que está por completo sometido al sujeto que quiera hipnotizarlo. Con esta razonada opinión de los peritos acabó el tema de la hipnosis tras un acalorado debate entre los letrados y el presidente de la sala. La polémica surgió por parte de algunos abogados de la defensa requiriendo que se investigara si Isabel Gallardo Pato pudo hipnotizar a estas personas para que hicieran lo ocurrido en el rancho de Micaela. El abogado defensor de Isabel, D. Antonio Navarro Trujillo, se opuso alegando que la ley de enjuiciamiento criminal no admite como legal este tipo de praxis, no sabiendo si en un futuro pudiera ser utilizada.  

Las noticias sobre los Iluminados de Tolox vuelan: 

El juicio tuvo lugar en Málaga entre los días 23 y 26 (ambos inclusive) de noviembre de 1887. Todo este proceso fue comentado por 8 periódicos de la ciudad, de Granada y alguno de Madrid. Según el archivo del cronista de la ciudad de Málaga, D. Narciso Díaz de Escovar, también abogado defensor de uno de los procesados, estos son los periódicos, que presentan la pura noticia del hecho y del desarrollo del juicio en los mismos términos, como si se tratase de un reparto de agencia:
  • El Imparcial: 25 de noviembre de 1887, Málaga. 
  • La izquierda Liberal Reformista: 25 de noviembre de 1887, Málaga. 
  • Correo de Andalucía: 23 y 25 de noviembre de 1887, Málaga. 
  • Las Noticias: 26 de noviembre de 1887, Málaga. 
  • El Defensor de Granada: 25 de noviembre de 1887, Granada. 
  • El Correo: 27 de noviembre de 1887, Madrid. 
  • El Liberal: 28 de noviembre de 1887, Madrid. 
  • El Resumen: 27 de noviembre de 1887, Madrid. 
A colación rescatamos esta imagen en la que vemos lo que el diario independiente El Defensor de Granada publicó en su tirada del viernes 25 de noviembre de 1887:
Sin embargo anterior al juicio, pocos días después de los hechos en la sierra, fueron muchos los periódicos que escribieron artículos más o menos extensos, a veces consistía solo en una breve reseña, sobre lo sucedido en Tolox. En esos años nos encontramos en el momento álgido de la prensa, un periodo que desde el último tercio del S. XIX hasta los inicios de la Gran Guerra, la primera guerra mundial, fue conocido como la edad de oro del periodismo. Los primeros en hacerse eco de la noticia fueron diarios malagueños, aunque por internet hemos tenido acceso a otros diarios nacionales que trasladaron a sus lectores los hechos vividos en el pueblo de Tolox.
El primero de todos fue el diario La Iberia, un periódico de carácter liberal, fundado por Pedro Calvo Asensio, que se publicó entre 1854 y 1898, que recoge la información proporcionada por Las Noticias de Málaga. En su edición del 29 de marzo de 1886 el diario La Iberia titula los hechos como "Fanatismo Salvaje". Acto seguido hace mención de los sucesos ocurridos en la sierra. De lo realizado destaca como figura central a la esposa de Reyna (Micaela), hacer una hoguera, el arrojo a ella de diversos bienes materiales, el sacrificio de varios animales, la desnudez, pasar toda la noche alrededor del fuego lanzando espantosos y salvajes gritos, la celebración de una boda, y producirse algunas heridas. También recoge la opinión del comandante del puesto de la Guardia civil de Tolox, para quien esos actos están relacionados con los trabajos de una sociedad secreta, a que pertenecen hombres y mujeres, y que explota el fanatismo y credulidad de los ignorante para lograr fines que se desconocen.
El martes 30 de marzo de 1886 el diario matutino El Imparcial, un periódico de ideología liberal refundado por Eduardo Gasset y Artime en 1867 y desaparecido en 1933, escribe una crónica idéntica que comienza con esta sentencia: un suceso verdaderamente extraordinario..., situando los hechos el día 22 de marzo. 
El mismo día, el 30 de marzo de 1886, el periódico La correspondencia de España, un diario vespertino publicado en Madrid, de ideología conservadora fundado en 1859 por Manuel María de Santa Ana y desaparecido en 1925, publicó una noticia que calificó también de extraordinaria, hechos obtenidos del parte pasado a Málaga por la guardia civil. Para este periódico el suceso también tuvo lugar el 22 de marzo. El resto del artículo es muy similar al que escribió La Iberia y el Imparcial. Ninguna de estas tres primeras crónicas hacen mención del intento de arrojar niños a la hoguera.
El diario de la tarde El Correo Militar, defensor de los intereses del ejército y de la armada, en su edición del día 3 de abril de 1886 titula el suceso como crónica de la barbarie. Relata este periódico lo siguiente: "desde el verano anterior vienen ocurriendo en el pueblo rumores supersticiosos. Ya se refiere que una mujer llama a las altas horas de la noche a la puerta de varias casas, e invita a los vecinos a ir con ella al cementerio, donde hace volver a la vida cadáveres enterrados recientemente; ya se habla de apariciones sobrenaturales, que solo ven los iluminados; ya de una cruz que se forma en la tierra al pié de un olivo y que ni azadones ni nada puede hacer desaparecer, puesto que por sí misma vuelve a delinearse; ya de despertadores, o seres excepcionales, que ven las estrellas bajo techado y grandes ramos de luz en oscuras habitaciones". Este periódico continúa con el relato que más o menos conocemos, aunque en el caso de los cerdos los matan a palos, en un total de siete, les saltan los ojos y los arrojan a la hoguera. Y esta saturnal duró cerca de dos días. Denomina a estas pobres gentes como “iluminados por ironía, que tan ciegos estaban a la luz de la razón”. También describe como la sibila (Micaela) incitaba a las madres a arrojar a los niños al fuego; una lo iba a hacer pero el instinto de la inteligencia triunfó un instante.
El sábado 3 de abril de 1886 el Diario oficial de avisos de Madrid, un periódico en vigor entre 1825 y finales de 1928, alerta a sus lectores con una noticia similar a la anterior. En este caso el título es más simple: "Los Iluminados". Aquí os mostramos un extracto de esta crónica.
El diario matutino madrileño El Liberal, uno de los principales durante el periodo conocido como la Restauración, vigente entre 1879 y 1939, publica el 3 de abril de 1886 en la primera página un escrito que titula “en el siglo de las luces”, en clara alusión al término Iluminados. Aquí repite las versiones antes dadas aunque a la hora de nombrar a su principal protagonista la llama Micaela Melchor. Avisa el periódico que después de lo de Tolox poco habrá que interese en la crónica de las supersticiones de nuestros días, aunque nombra algunos otros casos repartidos por la geografía nacional.
Al año siguiente, el día 1 de mayo de 1887, el diario Federal La República publica una escueta noticia donde informa de la existencia de una sociedad de Iluminados en Tolox en la cual aparece un individuo, que dice habérsele aparecido la Virgen y el niño Jesús, éste desnudo, con reloj y cadena de oro; y una adivina que comunica con Dios. Esta fue la que se encargó de alucinar a los procesados, ordenándolos que para merecer la gracia divina se quedasen completamente desnudos, encendiesen hogueras, ante las cuales debían bailar una danza infernal, ni más ni menos que hacen los salvajes de algunas tribus en el interior de África...
Ya no tenemos noticias de los Iluminados hasta el 25 de noviembre del año siguiente, dos días después de comenzar el juicio de estos 21 acusados en la Audiencia de Málaga. En esos días de finales de noviembre de 1887 las noticias sobre el juicio de los Iluminados de Tolox aparecen en muchos periódicos, a saber: El Día, El Liberal, La Época, El Imparcial, La República, La Monarquía, La Iberia, La Ilustración española y americana...
La información dada por estos periódicos contiene ciertos elementos comunes: la pobreza, simpleza, imbecilidad y falta de instrucción de los iluminados; lo que algunos rotativos denominan como la formación de una secta, la de los Iluminados; una sacerdotisa seguida por una turba de fanáticos; el hecho de hacer penitencia; la provocación de ciertas heridas; la desnudez, vestidos solo por la gracia divina; la realización de diversos ritos bárbaros; denominar a Micaela como sacerdotisa o bruja que, al grito "todos como yo", convenció al grupo a quedarse desnudos y arrojar la ropa a un fuego que previamente había encendido... 
El viernes 25 de noviembre de 1887 el diario madrileño de la tarde La Iberia publica un artículo del cual destacamos esta crónica:
Continúa el artículo con un examen de los procesados situando como heroína de este proceso a la sacerdotisa Micaela Merchán, quien alucinada por las predicaciones de un tal padre José indujo a los cándidos campesinos de la serranía a rendir culto a la nueva religión. El marido de Micaela, José Reyna Vázquez, da la noche del 22 de marzo como fecha en la que ocurrieron los hechos. También dice que tiene un hermano que pasa por uno de los mejores apóstoles de la nueva doctrina, que es conocido por el santo Alonso. Y acaba confesando que en la noche del 22 de marzo, cuando mortificaban a su mujer, arrancándole los cabellos y maltratándola por otros medios, ella hacía grandes demostraciones de alegría, diciendo, ¡pegadme más, pegadme más fuerte! Culpa de todo a la llegada del padre José a la sierra y niega que él (José Reyna) recibiese a todos cuantos llegaban a su choza con los brazos abiertos, diciéndoles: ¡Tú serás de nuestra comparsa! A continuación este fragmento sobre otros iluminados que fueron examinados durante el proceso.
Como muestra de todo el sábado 26 de noviembre de 1887 el diario madrileño conservador vespertino La Época, vigente entre 1849 y 1936, realizó la siguiente crónica:
El mismo sábado 26 de noviembre de 1887 el diario liberal El Imparcial publica un extenso artículo que titula LOS ILUMINADOS DE TOLOX. Empezando con la alusión de algo que seguro sus lectores recordarán pasa otra vez a relatar de manera muy literaria los hechos. Podemos destacar los siguientes párrafos: "unos cuantos infelices de Tolox, imbuidos por una fanática no menos imbécil, fundaron una especie de secta llamada de los iluminados que durante la noche, al fulgor de la luna ó á los respladores de la llama de una hoguera entregábanse a las más extravagantes prácticas religiosas". Aquí otro párrafo que destacamos: "cuando la Guardia civil llegó al sitio de la ocurrencia, los iluminados, que estaban completamente desnudos, se disponían á desollar, no sabemos si para comérsela después, á una de sus hermanas en iluminismo". Aquí además aluden a una posible acción de canivalismo. El resto de la crónica es similar a la expuesta arriba.
El domingo 27 de noviembre de 1887 el diario conservador La Época vuelve a publicar, esta vez una breve crónica, sobre el juicio que se sigue en la Audiencia de Málaga, ahora se refiere a la tercera sesión del juicio, donde se concentra en la sesión de hipnosis y en la comparecencia de José del Río. En uno de los párrafos se puede leer: "Abierta la audiencia pública, los profesores informaron acerca de la posible sugestión de aquellas estúpidas gentes".
Ese domingo 27 de noviembre de 1887 el diario de la tarde La Iberia volvió a dar una noticia de los Iluminados pero previamente, en una pequeña crónica lanzó el siguiente comunicado. "Un recorte de El Diario Español: Nos dice El Imparcial que las crisis en estos tiempos lo más prudente es aligerarlas de ropa poco a poco. Por eso en Valladolid andan las gentes en cueros. Se ha equivocado usted, compañero; donde anda así la gente es en Tolox. Y eso por puro misticismo; conque figúrese usted... Estos reformistas se han empeñado en afiliar á Adán á su partido".
En la segunda página el diario se hace eco de los ocurrido con este titular: "TRIBUNALES. Los Iluminados de Tolox. Un caso de hipnotismo". Aquí relata la sesión de hipnosis que tuvo lugar en la casa del doctor Criado el viernes 25 de noviembre antes de la hora de Audiencia. Después recoge los testimonios de otros testigos.
El diario liberal El Imparcial, en su edición del domingo 27 de noviembre de 1887 y en primera página, también saca una jugosa crónica sobre los Iluminados de Tolox comenzando con este párrafo: "Continúa el examen de los procesados y el regocijo del público curioso y escéptico". Después continúa con el examen a diversos procesados y finaliza con una escueta noticia sobre las opiniones médicas.
El Liberal también informa esa jornada de domingo 27 de noviembre con este titulo, Los Iluminados de Tolox. Con el particular tono periodístico de la época se relatan las declaraciones de algunos imputados para terminar con una escueta noticia sobre las opiniones médicas.
El diario La República hace una escueta interpretación de los hechos, el domingo 27 de noviembre de 1887, en una crónica que titula Los Iluminados de Tolox. Comienza con este párrafo: "se reciben noticias de la vista de esta causa que no es la única en la historia de la ignorancia, de las aberraciones y de los fanatismos religiosos".
El diario El Día publica el lunes 28 de noviembre de 1887 una crónica que titula Causa de Tolox y que gira sobre la cuarta sesión del juicio. Aquí el señor fiscal califica los delitos de lesiones graves, escándalo público y ofensas a la moral con arreglo a los artículos 431, 456 y otros del código penal. Los abogados defensores no opinan igual y piden la absolución de sus defendidos con lo cual se declara concluso el juicio para sentencia. Pero termina este periódico con la siguiente noticia: "Al salir los procesados de la Audiencia, al concluirse la tercera sesión del juicio oral, fueron apedreados por varios muchachos. Dice con motivo de esta agresión un periódico de Málaga, que si alguien dudaba de que fuesen santos, tiene una prueba que le convencerá; han sido juzgados por los tribunales y apedreados por el pueblo: ¿qué mayor martirologio?"
El diario La Iberia ese mismo lunes 28 de noviembre de 1887 también escribe una crónica sobre el devenir del juicio de los Iluminados de Tolox. Describe las peticiones del fiscal, quien también culpa de todo a Isabel Gallardo Pato; el abogado defensor de Isabel, el señor Navarro y Trujillo, se sorprende que esté su defendida procesada y no el semi-clérigo llamado Padre José. Para otro abogado defensor estos hechos se dieron por un gran fanatismo, que con la utilización de sustancias alucinógenas dejaron a sus defendidos sin juicio. También se apoyan en el artículo 11 de la constitución sobre la libertad de cultos. El señor Ordóñez Guzmán, abogado de una gran mayoría, pide suavidad al tribunal y culpa de gran parte de todo esto al Padre José, que explotó la buena fe de aquellas gentes. Y para el abogado de Micaela, D. Joaquín Diaz de Escovar, todo fue culpa de la gran exaltación religiosa de su defendida, unida a una inteligencia ilimitada y a una ignorancia completa. Solicitó a la sala que absolviese a Micaela o que en todo caso se califique el delito que se le imputa de lesiones menos graves, con la circunstancias atenuante de arrebato y obcecación, y de no haber tenido intención de causar el daño que hizo. Después se declaró el juicio concluso para sentencia.
El diario liberal conservador La Monarquía realizó el siguiente artículo el lunes 28 de noviembre de 1887, donde hace referencia en dos crónicas sobre los hechos sucedidos en Tolox. En la primera el doctor Salcedo se queja del modo como ciertos periódicos han tratado este caso. También discrepa de la opinión de los médicos y demanda más pruebas psicológicas. En la segunda crónica relata momentos del juicio, aunque advertimos diversos fallos en los nombre de los declarantes, todo con ese estilo periodístico habitual en esos años, que ya hemos comprobado de otros diarios. Este párrafo nos puede situar sobre como ilustraban a sus lectores: "Los acusados estaban presentes en número de 21, y el ojo menos perspicaz advertía en ellos el sello del más caracterizado idiotismo, que los convirtiera en inconscientes instrumentos de una profetisa harapienta e ignorante".
El martes 29 de noviembre de 1887 el diario liberal El Imparcial en la primera página sacó una crónica sobre la cuarta y última sesión del juicio que también tituló LOS ILUMINADOS DE TOLOX. Con este párrafo comenzaron este escrito: "La ultima sesión de esta célebre causa se verificó en Málaga el sábado último en presencia de un público numeroso, que deseaba con verdadera impaciencia conocer lo que el acusador fiscal y los abogados de los reos expondrían en contra y en defensa de los mismos".
El martes 29 de noviembre de 1887 el diario liberal conservador La Monarquía, fundado por José de Rojas, volvió a la carga con una crónica donde destacamos el asunto del sufragio universal: "En punto á reformas tan impremeditadas como el jurado y el sufragio universal, la minoría conservadora se mostrará inexorable; porque aunque esto le parezca rancio doctrinarismo á La Iberia, lo que es rancio y de subido color progresista es pensar en el jurado, desacreditado ya como institución jurídica á los ojos de todos los grandes pensadores de hoy, y en el sufragio universal, esa tiranía de las masas inconscientes que puede llevar á influir en los negocios de Estado á los imbéciles iluminados de Tolox y á otros elementos de nivel intelectual no más alto".
El miércoles 30 de noviembre de 1887 la edición del periódico La ilustración española y americana sorprendió con este sucinto artículo rebosante de ironía donde destacamos este párrafo: "Los defensores de los acusados lo atribuyen: en la acusada principal, á demencia, y en ésta y en todos á ciertas hierbas que trastornan temporalmente la razón, ó á sugestión hipnótica. Pase lo de las hierbas, pues entre otros vegetales que producen ese efecto, tenemos el jugo de la uva; en cuanto al fenómeno de la sugestión, claro es que explica esto, pero también lo explicarían la intervención del diablo ó los hechizos".
El sábado 3 de diciembre los periódicos La Época, La Iberia y El Liberal, en un sucinto comunicado, informan sobre la sentencia del juicio de los Iluminados de Tolox.
En esa misma edición del 3 de diciembre de 1887 el diario La Iberia publicó una noticia de uno de los procesados que tituló, "La Carta de una Iluminada". Esta breve crónica recoge la carta que Isabel Gallardo Pato, conocida como "Santa Isabel" envió al periódico La Unión Mercantil de Málaga, un diario de carácter vespertino que llegó a ser el más importante de Málaga en el primer tercio del S. XX. En esta carta Isabel agradece a la energía de su abogado y a la justicia de los magistrados que la hallan declarado inocente, y envía una sonrisa de compasión a quienes tramaron la calumnia y la lanzaron a sufrir los rigores y penalidades del proceso.
El Diario liberal conservador La Monarquía publicó con un día de retraso, el domingo 4 de diciembre de 1887, y con el título "Los vestidos de la gracia", la sentencia de los Iluminados y también se hace eco de la carta que Isabel Gallardo Pato envió al diario malagueño La Unión Mercantil:
El diario El Día, en su edición del martes 13 de diciembre de 1887, publica una sesión ocurrida en el senado donde el brillante senador conservador D. Antonio Mena y Zorrilla para defender la no proclamación del sufragio universal (se entiende que masculino, las mujeres debieron esperar hasta 1933 para votar) saca a relucir el tema de los iluminados de Tolox. Este artículo lo publicó el mismo día La Iberia, y al día siguiente El Siglo Futuro, un diario católico vigente entre 1875 y 1936 vinculado al carlismo y al integrismo.
El Diario de la tarde La Iberia publica esta asombrosa noticia el miércoles 21 de diciembre de 1887, crónica que también repitió la misma jornada el periódico El Día. Según la escueta crónica una nueva secta de los iluminados, similar a la de Tolox, ha aparecido en un pueblo de Granada. 

La jornada siguiente, el jueves 22 de diciembre, el diario El Liberal publica referente a ese pueblo algo similar: "Una nueva especie de iluminados, aunque de ideales más positivistas que los de Tolox, ha aparecido en el pueblo de Pinos Puente, según El Popular, de Granada. Se dice que una señora, que hace algún tiempo falleció en ese pueblo, se ha aparecido á sus habitantes para excitarles que por la noche se dirijan á un cerro inmediato, donde á fuerza de rezos conseguirán ablandar la dura entraña de la roca hasta que ésta se abra y ponga en sus manos riquísimos tesoros que encierra ocultos. Gran número de vecinos sigue el consejo al pié de la letra, á pesar de que el alcalde ha tratado de disuadirlos de esa necia ilusión, esperándose que el frío de estas noches logre volver á la razón á esos crédulos soñadores".
De nuevo el Diario de la tarde La Iberia publica el sábado 7 de enero de 1888 la siguiente noticia que titula, "El jefe de los Iluminados". Esta breve crónica se centra en la figura del Padre José, un estafador que podía estar ejerciendo como tal en otros pueblos de la provincia de Málaga, según un periódico local. Le otorga la jefatura de la nueva secta religiosa llamada de los iluminados, que independientemente del juicio seguido contra ellos en la Audiencia de los criminal de Málaga se sigue extendiendo en algunos pueblos, sobre todo por la parte de Tolox y sus inmediaciones. Según este periódico el Padre José era natural de Cómpeta y había servido en el ejército de Cuba. A este caluroso lugar llegó engañado ya que su verdadero afán era luchar a favor de los ejércitos carlistas. De vuelta eligió el oficio de Santón y tan bien le iba que según este mismo diario en la zona de la Axarquía salían a recibirle como un verdadero apóstol, mientras le cantaban: "Viva la bota, viva el clavel; viva la capa del padre José".
Entre el lunes 9 y el martes 10 de enero los periódicos El Día, La Monarquía, La Unión Católica y El Liberal se hicieron eco de esta breve noticia, más bien de esta frase: "Se encuentra en poder del Tribunal Supremo el recurso interpuesto por la defensa en la célebre causa de los iluminados de Tolox".
El martes 10 de enero el diario La República publica la noticia del Padre José tal y como lo hiciera el sábado anterior, 7 de enero, el periódico La Iberia. No cabiendo añadir nada más solo que titularon la crónica "Los iluminados en Málaga".
El sábado 14 de enero de 1888 el diario Las Dominicales vuelve con la noticia ocurrida en el pueblo granadino de Pinos Puente comparándola en cierto modo con el caso de Tolox.
El jueves 26 de enero de 1888 el semanario satírico El Motín, de tendencia republicana y anticlerical, que estuvo vigente entre 1881 y 1926, se hace eco también de la noticia de Pinos Puente.
Han pasado ya más de dos años de los Iluminados de Tolox cuando vemos de nuevo a estos nombrados en un artículo de un periódico. Lo sorprendente es que el epicentro ahora se sitúa en un cortijo situado en el vecino y cercano pueblo de Alozaina. El diario liberal conservador La Monarquía publicó el domingo 8 de julio de 1888 este artículo titulado "Otros iluminados", donde en ese cortijo una gitana se hace invisible cuando así lo desea y "tira bocados", según confiesan algunas de las infelices personas que experimentan estas alucinaciones. Ya había una niña de ocho años gravemente enferma por estos efectos.
El diario liberal La Iberia publicó el lunes 8 de abril de 1889 la siguiente noticia. Una breve información, a nuestro juicio sin importancia, que nos muestra en cualquier caso el interés que en su día suscitó y que aún siguen acaparando los Iluminados de Tolox.
El sábado 18 de mayo de 1889 el diario liberal La Iberia, tres años después, sigue proporcionando noticias sobre los Iluminados, no dando por extinta aún esta especie de secta en Tolox. Al otro día, el 19 de mayo, el periódico La Época comenta la misma información, aportando además este dato: "En Tolox, pueblo de Málaga, que es la provincia en que ocurren los mayores absurdos".
La fama de los Iluminados de Tolox sigue viva trece años después y además ha traspasado el Atlántico. Eso es al menos lo que publicó el periódico El Imparcial un domingo 16 de octubre de 1898 bajo el título, "Un apóstol malagueño", dando ya casi por extinguida la secta de los Iluminados de Tolox.
Al siguiente día, el lunes 17 de octubre de 1898, el periódico La Izquierda Dinástica también publica la noticia del brote de una secta de Iluminados en la capital argentina. Esta pequeña crónica la recogen de un periódico de Málaga, diarios que seguían atentamente todo lo concerniente al tema de los Iluminados de Tolox.
Por último, y más de ochenta años después de los Iluminados de Tolox, el doctor Gustavo García Herrera publicó el martes 13 de septiembre de 1966, la siguiente crónica.
Pensamos que sería interesante investigar más a fondo las diversas hemerotecas de los periódicos nacionales para analizar como fue tratado este caso. Aunque a grandes rasgos podemos hacernos una idea con los artículos que hemos subido, que no son todos, ya que hay más, pero si consideramos que sirven para ilustrar la opinión que en aquellos años quedó de los Iluminados de Tolox. 

El juicio del caso: 

La celebridad de este proceso llevó al acto del juicio oral a un público extraordinariamente numeroso. Tuvo lugar entre el miércoles 23 y el sábado 26 de noviembre de 1887 en la sala segunda de la Audiencia de lo criminal de Málaga, comenzando a las doce en punto de la mañana de esa primera jornada. Componían el Tribunal los magistrados D. Eduardo Asiego y Gómez, D. Francisco Cabezas y Camacho y D. Sebastián Souvirón, bajo la presidencia del primero de estos; a la derecha del Tribunal se encuentran los abogados defensores; a la izquierda, ocupando el lugar correspondiente al ministerio público, el abogado fiscal sustituto D. Leopoldo Mayoral Oliver, quien reemplazó por enfermedad a D. Ramiro Cores; frente al tribunal el señor Vicesecretario, tras el cual se encontraban los procesados y a la derecha de las defensas el procurador D. José Eloy Espigares. Entre los abogados defensores tenemos:
  • D. Antonio Navarro Trujillo como abogado defensor de Isabel Gallardo Pato.
  • D. Narciso Diaz de Escovar fue el abodado defensor de Micaela Merchán Vera, José Reyna Vázquez, Francisco Merchán Najarro, José Reyna Merchán, Rafael Vera Gil, Josefa Gallardo García, Alonso Gallardo García, Miguel Soto Martín, Francisco Reyna Merchán y Domingo Elena Rey.
  • D. Antonio Ordóñez Guzmán como abogado defensor de Juana y Miguel Reina Vera, Juan Reyna Vera, Antonio Elena Rivero, Sebastiana Sánchez Trujillo, Rafael, Antonio, Blas, Juan y Josefa Elena Sánchez.
  • D. Joaquín Diaz de Escovar fue finalmente el abogado defensor de Micaela Merchán Vera, quien presentó un escrito el 23 de noviembre de 1887 nombrándolo letrado para el acto de la vista de la causa.

El profesor José Sánchez Jiménez, en su libro "Vida Rural y Mundo Contemporáneo: análisis sociohistórico de un pueblo del sur", comenta que Pérez Malpica era abogado de uno de los encausados, aunque en el proceso escrito por él ni en ningún otro documento al que hemos tenido acceso sale a relucir su nombre en el juicio como abogado de algunos de los procesados. 
En el juicio sorprende la presencia como procesada de Isabel Gallardo Pato, máxime cuando estaba claro, y así lo hicieron saber todos los encausados, que ella no estuvo presente en el rancho de Micaela la noche de autos. Sin embargo el fiscal la considera desde Tolox la instigadora de estos hechos, y aquí quizás podemos encontrar la mano oculta de José del Río, quién acudió a testificar en el juicio; además José del Río era ya alcalde de Tolox desde el 1 de julio de 1887 y era bien sabido la enemistad que unía a José del Río con Isabel Gallardo. De hecho en el juicio salió a relucir como el hijo muerto del cacique (antes de fallecer) había mantenido relaciones con una hija de Isabel; incluso se comentó que fruto de ésta nació un niño. Cuestión que desmiente de manera tajante Isabel Gallardo. También en el transcurso del juicio el fiscal preguntó al Pilonso (el hipnotizado) si la mujer bien vestida que vio no se parecía a la hija de Isabel Gallardo Pato, contestando éste que sí. En este caso nos podríamos preguntar si la existencia del niño, fruto de la relación con el fallecido hijo del cacique no podría ser posible, para intentar unirlo con ese “cristo” desnudo que vio el Pilonso. Por otro lado Isabel Gallardo se defendía de las acusaciones del Pilonso (“nueve días sometidos en su casa a su voluntad”), argumentando que éste venía allí porque pretendía a su hija. 
No es que pretendamos desviarnos hacia caminos que podríamos considerar poco rigurosos; hacia suposiciones. Pero pensamos que detrás de toda esta trama pudo esconderse algo más que un simple fanatismo religioso, aunque éste a la postre fuese el principal desencadenante de los hechos. 
El fallo de la sentencia condena a lo siguiente: a cuatro meses y un día de arresto a Micaela Merchán por el delito de lesiones menos graves; los procesados de más de dieciocho años a un mes y un día por el delito de escándalo público (esta pena alcanza también a Micaela Merchán), y los mayores de quince y menores de dieciocho a 125 pesetas de multa; Isabel Gallardo Pato, Miguel Soto Martín (el Pilonso) y todos los procesados que son menores de quince años serían absueltos.

Situación de la Audiencia donde se celebró el juicio:

El edificio de la Audiencia de Málaga estaba situado en la Alameda. Este inmueble, construido en el S. XVIII, se destina en la actualidad al archivo municipal. Sin embargo, esta importante alameda, nombre que proviene de los álamos blancos allí plantados, fue hasta la inauguración de calle Larios, en 1891, el centro de la vida social malagueña y donde se ubicaron las familias más pudientes de aquella centuria.
La oligarquía malagueña vivía en la Alameda, en mansiones situadas a lo largo de este paseo público, adornado con árboles, estatuas, fuentes y bancos, e iluminado desde los años treinta por farolas de aceite y en 1852 se introduce el gas en las cincuenta y dos farolas del paseo. El hispanista británico Gerald Brenan comenta que estas familias eran popularmente conocidas como "la gente de la manteca" debido a su afición por importar manteca salada de Hamburgo, un alimento lujoso que denotaba rango social en la época. 
Para los encausados en el proceso de los iluminados de Tolox acudir a este lugar, una ciudad que alcanzó su máxima expansión demográfica durante ese siglo en 1887, con 134000 habitantes; una ciudad con grandes edificio y espacios iluminados, tuvo que suponer un duro trance. Un periódico local añadió además lo siguiente: "Al salir los procesados de la Audiencia, al concluirse la tercera sesión del juicio oral, fueron apedreados por varios muchachos. Si alguien dudaba de que fuesen santos, tiene una prueba que le convencerá; han sido juzgados por los tribunales y apedreados por el pueblo: ¿qué mayor martirologio?"

¿Pretendían los iluminados el suicidio colectivo?

Este tema ha sido tratado desde diversos puntos de vistas, incluso rayando el sensacionalismo, algo que en nuestros días vende mucho. Desde este prisma ha salido alguna versión donde se muestra a los Iluminados como una especie de secta que viendo inminente el fin del mundo deciden realizar el "primer intento de suicidio ritual colectivo de la historia".
No somos expertos en temas de suicidios aunque a grosso modo el suicidio religioso ha asumido diversas formas a lo largo de la historia, a saber: 
  • Se ha practicado como ritual y purificación. 
  • Como un modo de liberación del sufrimiento.
  • También como forma de venganza.
  • Como un acto revolucionario. 
En este sentido ni los iluminados de Tolox pretendían suicidarse ni, en caso contrario, son los primeros en asumir este último trance. Ahora vamos a citar uno de los episodios más controvertidos sobre el suicidio colectivo:
Nos encontramos en la fortaleza de Masada en los compases finales de la primera guerra judeo-Romana, en una fecha que el historiador Flavio Josefo sitúa en abril del año 73 de nuestra era: "Dentro de Masada, los sicarios fueron conscientes de que el asalto final del ejército romano llegaría con el nuevo día. Según el relato de Josefo, el entonces líder de los sicarios, Eleazar ben Yair, reunió esa noche a sus hombres en el palacio occidental, pronunciando un discurso donde propuso darse muerte ellos mismos para evitar ser hechos prisioneros y vendidos como esclavos. De esta forma, dado que el suicidio como tal es denostado por las leyes del judaísmo, los hombres mataron a sus familias, y posteriormente eligieron por suertes a diez de ellos para quitar la vida al resto. Finalmente, entre estos diez eligieron de nuevo a uno que acabó con la vida de los demás, y antes de darse muerte prendió fuego a la fortaleza, excepto a los depósitos de víveres, para así demostrar a sus enemigos que actuaban por resolución, no por desesperación".
A la mañana siguiente los legionarios romanos colocaron pasarelas sobre la muralla incendiada e irrumpieron en la fortaleza, preparados para combatir a los sicarios, mas toparon con un silencio sepulcral y la visión del fuego y de los cuerpos sin vida de sus enemigos. Flavio Josefo señala que murieron todos los defensores, en número de 960.
El caso de los Iluminados de Tolox se debe de estudiar desde una perspectiva dogmática, en este caso desde una religiosidad que podríamos denominar extrema. Que algunos pensaran que el fin del mundo se acercaba, tratándose de personas sin instrucción, no nos puede llevar al suicidio. Ya hemos apuntado que el mundo que les tocó vivir a estas personas no fue fácil: oyeron sobre desastres sísmicos ocurridos muy cerca de Tolox, la crisis finisecular no ayudó en nada y uno de los cultivos más simbólicos sufrió una fatal epidemia, el nuevo mundo ofrecía más oportunidades y es cuando muchos comenzaron a emigrar hacia otros lejanos lugares en busca de la prosperidad que se les negaba; de hecho a partir de esa década se observa un descenso en la población de Tolox: si en 1877 Tolox tenía 3363 habitantes en 1900 eran 3090, lo que supone un descenso de casi el 14%. 
Fueron factores históricos, a los que habría que añadir una religiosidad mal interpretada, agravada por la influencia de agentes externos con el propósito de aprovecharse de personas sin instrucción alguna, lo que posibilitaron el caso de los Iluminados de Tolox. 

¿Entonces qué paso de verdad en la sierra?

Del proceso judicial escrito por D. Manuel Pérez Malpica, el principal argumento que tenemos, podemos concluir lo siguiente: 
El mundo iba a finalizar: esto no es nada nuevo y profecías similares las hemos escuchado cada cierto espacio de tiempo y por personas, grupos, culturas, muy diversas.
Se propiciaron diversas heridas: es cierto que algunos se produjeron diversas heridas, que en cualquier caso fueron consideradas leves según el tribunal. Pero no todos las sufrieron. Como mucho algunos azotes, cortes y arrancarse pelos y vellos ya que el intento inicial de desollarse fue finalmente desestimado, heridas que en el caso "más grave" lo único que pretendían era simular las llagas de Cristo. Pero no se trata, como se ha apuntado en algún medio, de un intento de suicidio colectivo del cual brotó un caudal de sangre... El padre de Micaela relata en el juicio que no tenia ninguna intención de desollarse y las heridas, según él, se las produjeron cada uno. A pregunta del abogado, ¿Usted se desolló también? Contestó: yo rezaré, lo quemaré todo, pero lo que es el pelo no me toca nadie, así sea más santo que todos los santos; esto provocó muchas risas entre los asistentes. Otros en el juicio argumentaron que "los azotes eran precisos para calmar a Dios y lanzar los demonios lejos de nosotros". Algunos, como fue el caso de Josefa Gallardo García declararon en el juicio que nadie la tocó. Estos sacrificios solo eran un pequeño rito que debían seguir tras lo cual quedarían vestidos de la gracia y recibirían el maná del cielo, no teniendo que preocuparse de trabajar en adelante. Desde luego que el objetivo final, y más en esta época de crisis actual que vivimos, no es nada descabellado, otra cosa es el medio para obtenerlo.
Los iluminados solo pretendían agradar y seguir la voluntad de Dios por lo cual obedecían a una idea religiosa: creían en Dios, querían halagarlo, quemaron sus ropas como sacrificio, todas las leves lesiones que se produjeron intentaban simular las heridas de Cristo y este sufrimiento tendría su recompensa con alimento gratis, mediante una especie de maná llovido del cielo, o como ellos decían, el espíritu santo trayéndoles ropas y alimentos, y no tener que trabajar. Esas eran las intenciones de estas personas y no el suicidio colectivo. Y creo, en mi modesta opinión, que a muchos nos gustaría lo mismo: no tener que preocuparnos por el sustento y no tener que trabajar para ello. En lineas generales, siguiendo la pirámide de Maslow, tener cubiertas las necesidades básicas.
¿Pero es necesario sufrir para todo esto? La piedra clave que sostiene el sistema simbólico de las religiones es la experiencia de salvación. El filósofo, teólogo y escritor español Raimon Panikkar (1918-2010) definiría esto con tres simples palabras: camino de salvación. Y este sendero no está exento de dolor y de sufrimiento ya que forman parte de la existencia humana, así que las religiones, cada una de formas muy diferentes, deben de proponer formas para su integración. Vamos a enumerar algunas maneras de vivir este camino a la salvación a través del dolor y el sufrimiento:
En la antigua Roma, entre el 15 y el 28 de marzo, se realizaba un ciclo de fiestas en honor a la diosa Cibeles donde los sacerdotes de este culto se autoazotaban hasta sangrar y rociaban la sangre sobre la estatua y los altares del santuario, mientras que otros se castraban a sí mismos en memoria e imitación de la emasculación de Atis, amante de Cibeles.
Las sectas flagelantes que aparecieron en Europa tras la epidemia de peste negra de 1348, organizados en grupos y desnudos hasta la cintura se azotaban con látigos de cuero que acababan en púas de hierro mientras gritaban pidiendo perdón a Dios y piedad a Cristo y a la Virgen.
En el mundo contemporáneo que vivimos también podemos recordar las flagelaciones e incluso crucifixiones que se dan en algunos puntos de Filipinas cada Viernes Santo, que además atraen a multitud de turistas.
O la fiesta de la ashura, la más importante del calendario chií, cuando millones de chiíes, conmemorando el martirio de Husayn en la batalla de Karbala (acaecida en el 680), golpean sus cráneos con espadas hasta cubrir sus rostros de sangre, etc.
Estas manifestaciones religiosas, que solo son una pequeña muestra, para muchos podrían considerarse extremismo, fanatismo religioso donde la flagelación, la reproducción de heridas, la crucifixión, la amputación de algún miembro, la sangre, tienen presencia. ¿Son quizás menos iluminados que los de Tolox? ¿Buscan el suicidio con estas muestras de fanático fervor? La respuesta es no, todas estas demostraciones solo pretenden contentar a la divinidad y/o pedir el perdón y los Iluminados de Tolox ansiaban exactamente lo mismo.

La memoria histórica:

Los acontecimientos que hemos intentado describir han sufrido un trabado camino a lo largo de estos 131 años, lo que en muchos casos han provocado su deformación. En este sentido hemos de recalcar la muy posible marginalidad que sufrieron estas familias procesadas, no ya en el año y medio transcurrido hasta el juicio, sino que en la propia capital (Málaga) fueron apedreados. Todo esto hizo que las progenies señaladas por este estigma se cerraran en banda. 
Además, el hecho de que Tolox empezara a conocerse como el pueblo de los “encueriches” hizo que todos sus habitantes se cubriesen con una especia de escudo protector contra este calificativo. Podríamos intentar recurrir a las fuentes orales pero aquí tenemos hondas dificultades. La lejanía de los acontecimientos hacen que no podamos entrevistar a fuentes directas, aquellos que vivieron los sucesos. Ni siquiera tenemos viva una segunda generación y, con algo de suerte, quizás pueda quedar en nuestros días una tercera, y con más certeza una cuarta progenie que nos puedan transmitir lo que otros en su día les contaron.
Ni siquiera el archivo del Ayuntamiento de Tolox dispone de documentación de este hecho que para el profesor de la Complutense fue tan trascendental; José Sánchez Jiménez no encontró nada en las Actas Capitulares durante la exhaustiva investigación que llevó a cabo para realizar su tesis doctoral, un excelente trabajo que trata precisamente de Tolox: "vida rural y mundo contemporáneo: análisis sociohistórico de un pueblo del sur".
Todo esto, unido a ese cerrazón que el pueblo de Tolox ha tenido con esta serie de sucesos hacen que en líneas generales circulen diversas memorias, que si bien tienen algún hilo conductor común pueden diferir algo. Sin embargo vamos a intentar hacer un breve sondeo de las opiniones que consideramos más difundidas. 

Colaboración de Manuel Vázquez del Río:

Queremos empezar con un testigo excelente por la cercanía a los hechos, aunque sus argumentos estén relativamente mediatizados y esta información se deba analizar con sumo cuidado. Se trata de Manuel Vázquez del Río, nieto del rico hacendado de nuestra historia y sobrino del joven fallecido. Este hombre escribió una especie de libro titulado Cosas de Tolox. Es evidente que aquí no se sigue, ni tampoco creemos que persigue, realizar una historia científica, pero de sus palabras, si sabemos despojarla del sentimiento paternalista con el que trata a sus vecinos, no en vano es heredero de una de las familias más rancias y adineradas del pueblo, podemos obtener estupendas conclusiones.
Nacido en 1895, es decir 9 años después de los Iluminados y tres años antes que España perdiera lo que le restaba de su otrora poderoso Imperio, nos da mucha información de principios del siglo XX. Además estuvo trabajando como ingeniero de montes en el término municipal de Tolox durante los años 1922 a 1929. Él también trata el tema de los Iluminados, aunque aquí no podemos olvidar su relación familiar con uno de los “implicados”. En todo caso ya en su escrito encontramos las primeras desviaciones; muchas de ellas han subsistido hasta la actualidad. 
Nos relata Manuel como de pequeño se conocía a Tolox por el nombre de “pueblo de los iluminados”, (denominación constatada en los numerosos artículos periodísticos aparecidos a finales del S. XIX), aunque él mismo comenta acto seguido que "ya de todo eso solo queda un leve recuerdo". Para él todo fue un engaño de unas familias alucinadas que por poco no echan a un niño de pecho a la hoguera. Al referirse a la ceremonia de boda celebrada por Micaela en su rancho la compara con una boda gitana, con intercambio de sangre incluido.
El propio Manuel Vázquez del Río le preguntaba a su padre: “lo que yo no me explico, de joven, era cómo se había podido llegar a esto en un pueblo donde había personas cultas, con dos médicos, un farmacéutico, un abogado, varios maestros de escuela, sacerdotes y Guardia Civil”. Es notable que el concepto de cultura ha cambiado mucho desde entonces, tanto en cantidad como en calidad. 
El padre vertía la culpa en la falta de autoridad del párroco y del alcalde, este último enemigo político de José del Río. Hacemos un inciso para aclarar que el alcalde de Tolox desde el 1 de julio de 1885 hasta el 1 de julio de 1887 fue José Millán Millán, quien no volvería jamás a repetir este cargo. Pero Manuel Vázquez del Río le da un nuevo enfoque a los sucesos, no sabemos si de manera consciente o inconsciente, aunque nos inclinamos por lo primero. Para él los iluminados de Tolox fueron tontamente engañados por el llamado Padre José, un fraile falso que no es otro que un preso fugado del presidio de Ceuta o del Puerto de Santa María. Manuel sitúa a este fraile en el rancho de Micaela en la noche de autos, y al ver que querían arrojar a un niño de un año a la hoguera, viendo que el control de la situación se le había escapado, decidió huir como alma que lleva el diablo. Sin embargo Pérez Malpica no dice nada acerca de que este fraile estuviese esa noche en la finca de Micaela. Por no hablar de arrojar un bebé a la candela. También escribe que todas estas predicaciones, rezos, milagrerías, realizadas por beatas ignorantes se debieron de cortar a tiempo. 
Cuando habla sobre lo acaecido en Tolox comenta como vivía en el pueblo una viuda, apodada la Rata o Pata, aunque algunas lineas después prefiera utilizar el calificativo de Rata. Habla de la relación de una hija de ésta con un hijo de su abuelo, cuando tenía 18 años, quien sustraía regalos de la tienda de su padre para esta familia. También detalla la relación del pilonso con una hija de Isabel, no sabe si la misma u otra. Para Manuel, Isabel era una mujer de cuidado, denominándola bruja, que sabiendo de la facilidad del pilonso para ser hipnotizado lo utilizó a su provecho. Por este motivo tuvo las visiones que dijo tener en arroyo santo; esta es la ubicación que da, aunque en el proceso el Pilonso habla del arroyo de la Viña.
Nos relata como la "Rata" influyó en otras mujeres la idea de que junto al pilonso debían liberar un alma del purgatorio, que daba la casualidad era la de su tío, muerto un mes antes por unas fiebres tifoideas, dejando a la bruja (a Isabel) sin los regalos que recibía de su pobre tío. Para Manuel esta mujer urdió toda la trama para conseguir quedarse con el reloj de oro de su abuelo, sabiendo que su abuela era muy beata, querida por su bondad y que haría todo lo posible por salvar el alma de su querido hijo.
En este momento podemos poner como colofón de esta primera memoria histórica una anécdota ocurrida a uno de los iluminados, a principios del S. XX; se trataba del viejo tío mochilita. Según Manuel Vázquez del Río este tío mochilita era un viejo muy gracioso y daba muchos detalles que nos ayudaron a comprender como pueden originarse estas alucinaciones colectivas. En un relato de su libro nos dice:
"Recuerdo que fuimos con nuestra Frasquita la Pascuala a nuestra viña de Barragán a traernos un canasto de perillos sanjuaneños de tres perales que entonces había junto a la casa. Hoy son olivos los que allí existen".
"Frasquita, al regreso, se cayó de la burra en unas asperillas, cerca de los Cerretes Jiguerín, con tan mala suerte que la pobre se desolló toda la cara quedando como un Ecce Homo". 
Algo después de la caída, junto al camino, pastoreando un par de vacas en un sendajo, se encontraba el viejo “iluminado” tío Mochilita el cual al ver a distancia aquella cara tan colorada y maltratada por la desolladura, haciendo la señal de la cruz, interpeló a la herida, sin saber que lo estaba escuchando, diciéndola con guasa:
“En nombre de Dios te pío que me digas si eres arma de éste mundo u del otro”.
“¡Digo, habrase visto er burleco!”, contestó Frasquita indignada, y siguió diciendo agresiva: “Tú si que eres un arma der demonio, so iluminao, que eso es lo que eres, un iluminao”. 
Esto nos puede indicar como los “iluminados” sufrieron durante su vida una carga no muy cómoda de llevar que bien pudo trasladarse a sus sucesores más cercanos. 

Colaboración de Antonio Guerra Canca:

También quisiéramos exponer los comentarios que nos ha trasladado una persona muy amante de todos los temas malagueños. Este señor, descendiente de tolitos y fallecido en Málaga en julio de 2006, tuvo la generosidad de donar una muy notable cantidad de libros a la biblioteca de Tolox; su pueblo. Acción por la que los toloxeños le estaremos siempre muy agradecidos. Don Antonio Guerra Canca conoce además muy bien este tema de los iluminados. Este señor, que nació a mitad de los años veinte del pasado siglo, paseando de jovenzuelo con un amigo por la calle Ancha (en Tolox), le comentó su acompañante al pasar junto a un individuo mayor que tenía un defecto en el cuello: “a ese hombre lo quisieron arrojar a la hoguera cuando era muy pequeño”. Se trataba de ese niño al que los iluminados, según algunas versiones, quisieron inmolar bajo el calor de las llamas. Más tarde nuestro querido amigo Antonio descubriría que su defecto no tenía nada que ver con lo de la hoguera. 

Otras colaboraciones:

Una mujer anciana, nacida en 1911 y criada en la sierra, nos cuenta una versión no muy alejada de los hechos, pero algunos conceptos si parecen desvariar mucho. Lo del intento de quemar un niño parece un dato comúnmente aceptado, aunque en el juicio no se cite este hecho. Si hubiese sido así el suceso no sería un simple escándalo público. Además salen a relucir unos libros cuyo contenido, utilizando una serie de fórmulas, producen efectos increíbles: jinetes que cabalgan en la oscuridad, palizas recibidas por caminantes durante la noche... Evidentemente esta mujer habla de libros de brujería, y esto también nos lo han contado otras personas del pueblo. Incluso la anciana nos explica como a causa de estos motivos quisieron bombardear el pueblo, considerado un foco de brujos.
Otra interpretación muy interesante nos viene a decir lo siguiente. En principio, aunque ahora no viva nadie por esa zona, en esos años Río Verde era un lugar poblado, donde confluían ganaderos, agricultores, carboneros, etc. Esta versión sitúa al padre José en el rancho, tal y como también lo relata Manuel Vázquez del Río en su escrito "Cosas de Tolox".
Esa relativa población de la zona, unido al poder de convicción de Micaela y a la escasa diversidad de ocio, hizo que se reuniesen (la noche de autos) en torno a una hoguera que previamente habría encendido nuestra protagonista, donde también se supone que añadió alguna sustancia alucinógena. Era necesario quemar todo lo material para estar en "Gracia" con Dios (recitaba Micaela), así que cada vecino volvió a su choza, trayendo las escasas pertenencias que poseían para arrojarlas a la hoguera; incluso una familia que tenía la matanza de un cerdo también la lanzó a las brasas, de tal forma que la grasa animal desprendida avivó aún más las llamas; acto seguido Micaela les conminó a quitarse las ropas para que también fuesen devoradas por la candela, acción que hicieron todos los presentes.
En su desvarío Micaela mandó a una mujer que trajese una colmena de abejas que estaba situada debajo del Alcornocalejo. Como la mujer no pudo con la colmena como castigo la tuvo desnuda y de rodillas delante del furioso panal, con la curiosa circunstancia que no le picó ninguna abeja. Después comenzó una especia de orgía entre todos: cambios de pareja, casamientos, etc.
Relata como por el lugar se presentaron unas vacas y comprobando que una era de color blanco pensaron que se trataba de la paloma del espíritu santo. Con el propósito de traerla a la fiesta salieron en su busca un grupo de hombres, todos desnudos. Pero no pudieron alcanzarla ya que estos animales tienen un miedo atroz a las personas desnudas.
Cuando estaba amaneciendo un señor mayor, al que ya se le había pasado un poco los efectos de las drogas, al ir consumiéndose el fuego estaba con una vara de adelfa tratando de sacar de entre las cenizas algunas monedas tiradas la noche anterior. Siendo descubierto por dos de sus hijas que al verlo dijeron: "padre, estás condenado", concluyendo que había que despellejarlo vivo como a San Bartolomé.
El hombre al ver que su vida corría peligro emprendió veloz carrera monte arriba, camino del Alcornocalejo, teniendo suerte de encontrarse con un arriero que pasaba ajeno a lo que sucedía. Este hombre fue quien rápidamente se dirigió hacia Tolox para dar aviso a la Guardia Civil. Estos, debido a la distancia, no llegaron hasta bien entrada la tarde, encontrándose con un paraje desolador: gente en cueros deambulando sin saber que había pasado, procediendo a la detención de Micaela, quien trataba de huir por la sierra completamente desnuda.
Después de hacer las averiguaciones pertinentes emprendieron el retorno al pueblo pero la noche les cogió cerca de la finca "los Arroyos". Allí vivían los abuelos maternos de quien nos cuenta esta historia. Y en una de esas chozas estuvo toda la noche Micaela, dando unos gruñidos que no parecían de ser humano.
A grandes rasgos esto es lo que se ha transmitido en estos más de 130 años, pese a que algunas personas aún son muy reservadas a la hora de hablar de este tema.

Conclusiones:

Decir que en todo esto existió un hondo proceso de fanatismo religioso parece evidente. Hoy en día sufrimos en mayor o menor grado manipulaciones a través de los medios de comunicación; incluso las sectas, algunas de ellas muy nocivas, han llenado tristes portadas en este agitado S. XX y lo que llevamos del nuevo milenio. También soluciones que podríamos considerar paranormales, son un último recurso para personas desesperadas que no encuentran resultados utilizando los métodos científicos; o personas ávidas y deseosas por seguir otros caminos. Charlatanes, curanderos, adivinos, embusteros..., siguen existiendo en nuestros días. Y como la excepción confirma la regla, muchos se aprovechan de esta frase mientras engrosan sus abultados bolsillos.
Todo esto llevado a un pueblo cerrado de la España de fines del S. XIX, hacen que estos fenómenos encuentren un mejor caldo de cultivo. Pero no podemos olvidar un posible motivo económico. A fin de cuentas, la llamada Teresa Villatoro recibía gratificantes ingresos aportando “soluciones” a estas pobres gentes. De hecho el propio José del Río expone en el juicio como le pedían pequeñas compensaciones económicas para la liberación del alma de su hijo, aunque decía que esto no lo podía demostrar. O podía ser una treta para desestabilizar a su enemiga, Isabel Gallardo Pato.
También podemos preguntarnos si merecía la pena montar todo este espectáculo por un simple reloj de oro. No sabemos cuanto podría valer esa joya en aquel tiempo, pero hablamos de movilizar una gran cantidad de recursos humanos, entre “actores principales”, “secundarios”, y simples “extras”. Cabe la posibilidad que hubiese salido bien la primera “estafa” para después realizar otras de igual o mayor valor.
Sin embargo el asunto se disparó y todo este desvarío acabó concentrándose en lo ocurrido durante las primeras noches de primavera de 1886. Una idea que se gestó en el pueblo, o posiblemente en Málaga, acabó ascendiendo altitudes hasta eclosionar (ocasionando una metamorfosis a algo que en principio no parecía anormal), y finalizó dándole una fama extraordinaria a un hecho de por sí inofensivo.
El juicio en Málaga año y medio después fue el episodio final de todos los rezos, las penitencias, visiones... habidas en el pueblo y en los ranchos de la sierra. Para muchos se trata de una farsa, donde se quiso zanjar un asunto que disgustaba. Para otros los principales responsables, Teresa Villatoro, su emisario Mateo Romero Puerto y el conocido como Padre José, quedaron libres.
Nosotros pensamos que las penas fueron excesivas. Estas pobres personas, sin instrucción alguna, fueron fanatizadas y engañadas. No perseguían hacer ningún daño a nadie, solo querían halagar a Dios y asegurarse el sustento. Esto además ocurrió en un paraje apartado y de noche, lejos de caminos, con lo cual el escándalo público es menos evidente. Solo se produjeron algunas lesiones leves que en el caso de Juana tardaron algo más en sanar por su propia dejadez.
Para finalizar recuperamos aquí las palabras con las que Manuel Pérez Malpica cierra la introducción del proceso, culpando en definitiva al poder político que, atento a sus intereses particulares, tenía de hecho abandonados sus deberes de dar a los pueblos la ilustración y la cultura necesarias, al par que una visible befa que viene a evidenciar los estravismos (sic) a que conducen las exaltaciones religiosas.

Posibles líneas de investigación:

Creemos conveniente que para saber más de este tema sería imprescindible investigar a Teresa Villatoro y Mateo Romero, e intentar conocer si estos individuos mantuvieron misivas con habitantes de otros pueblos, o incluso si realizaron alguna estafa en Málaga. 
También intentar seguir la pista a ese falso fraile llamado Don José, bien indagando en archivos donde hubiesen nombres de presos, sobre todo en Granada. 
Si la Guardia Civil estuvo en el lugar de los hechos es posible que exista algún tipo de atestado.
Una investigación pormenorizada de la actividad periodística en esos años nos podría ayudar a descubrir qué corrientes de opinión generaron los hechos sucedidos en Tolox, tanto los que ocurrieron en el pueblo como lo que acabó pasando en el rancho de Micaela. 
Consultar en el archivo de protocolo todo lo referente al proceso, pues en el libro de Pérez Malpica creemos que existen fechas, edades y nombre incorrectos. 
Aunque José Sánchez Jiménez (Profesor de Historia en la Universidad Complutense de Madrid) no ha encontrado nada referente a estos acontecimientos en las Actas Capitulares de Tolox, es posible que algo se le hubiese pasado por alto. En todo caso también creemos importante seguir la pista, mediante las actas bautismales, matrimoniales y de defunción, de todos los individuos que participaron en los sucesos. Con esto, sin olvidar que una familia era de Istán, podríamos encontrar a sus descendientes más cercanos que estén vivos. Entonces pensamos que una persona ajena al pueblo sería la más idónea para proceder a una posible entrevista. 
Visitar el lugar, el rancho de Micaela, puede ofrecernos una idea más precisa del escenario, además de verificar si existen restos de esos hechos. 
En definitiva, demasiado esfuerzo para algo que de por sí no parece interesar a mucha gente. Independientemente de la utilidad que pueda tener esta investigación. Aunque últimamente debido al sensacionalismo que los medios televisivos han dado a este suceso parece que los Iluminados de Tolox vuelvan a renacer.

2 comentarios:

  1. Hola,
    Estoy interesado en el libro "Cosas de Tolox", de Manuel Vázquez del Río. Me podría indicar como conseguirlo.
    Saludos cordiales.

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    1. Hola Áreadoc, perdona por la tardanza en responder pero no me he dado cuenta de tu comentario.
      Sobre lo que me preguntas, el libro "Cosas de Tolox", en realidad no es un libro. Se trata de una copia que circula por el pueblo pero que jamás llegó a publicarse. Así que por ahora no se puede conseguir el "libro".
      Un saludo.

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Muchas gracias por tu comentario